Nos rodeamos de objetos inteligentes, y ahora permitimos que formen parte de nosotros. Es lo que se lleva ahora, o mejor dicho, es lo “wearable”.
Los wearables, o dispositivos “vestibles” en español, empiezan a coger popularidad, registrando últimamente un notable crecimiento. Se ha pasado de cierta frialdad hacia estos dispositivos a una auténtica explosión llegando a revolucionar la tecnología de consumo. Ha sido en 2010 cuando esta tecnología ha evolucionado lo suficiente para poder atraer a consumidores, pero el verdadero boom llegó 4 años después. La feria internacional de consumo electrónico CES del año pasado presentó la gran cantidad de compañías que apuestan por estas nuevas formas de tecnología, entre ellas las empresas grandes como Intel, Adidas, Sony o Rebook con la oferta de diferentes gadgets considerados como wearables.
Cada vez hay más usuarios interesados en los wearables, algunos en llevar el control del número de pasos que dan y de las calorías que queman, y otros en supervisar algunas tareas y parámetros más críticos. Estos dispositivos tienden a ser cómodos, es decir, llevables o vestibles. Se parecen a algunos artículos a los que estamos acostumbrados y que forman parte de nosotros, como relojes, pulseras, anillos, gafas, joyas, camisetas, incluso zapatillas de deportes con GPS incorporado – todo ello capaz de tomar y transmitir datos, interactuar con otros dispositivos y facilitarnos de alguna forma la vida.
Wearables, soluciones móviles más allá del entretenimiento.
Los wearables van más allá de pura medición, son unas auténticas computadoras corporales que incorporan distintas funciones, como cargar y descargar los archivos, realizar pagos, comunicarse con otros dispositivos, incluso la de estimulación eléctrica que ayuda al usuario a mejorar su estado de ánimo. Los dispositivos wearables nos sirven para lanzar algunas alarmas y notificaciones, y leerlas, y generar otros avisos que se envían a otros usuarios. ¿Se trata de un dispositivo móvil inteligente nuevo? No es exactamente un smart phone, las soluciones de los wearables van más allá del entretenimiento. Nos proporcionan la seguridad a la hora de exponernos a ciertos riesgos en nuestro trabajo diario. También pueden ayudar a controlar algunas reacciones de nuestros organismos, como, por ejemplo, alergias, asma, presión sanguínea. A través de los wearables se puede informar sobre los atascos en la ciudad y gestionarlos adecuadamente, supervisar la seguridad en la cadena alimentaria, a esto se puede añadir cualquier incidencia que ocurra a nuestro alrededor, haciendo que todos los servicios estén interconectados.
Wearables, hablamos de soluciones móviles
Entonces, estamos hablando de soluciones móviles. Sí, pero no es solo esto. La interconectividad es el Internet de las cosas, IoT. Y a través del IoT precisamente, se consigue obtener una percepción mejorada de la tecnología wearables. No nos olvidemos de la monitorización de datos, porque la información sin procesar no tiene ningún valor, son solo datos aislados.
Según datos de IDC, los objetos conectados pasarán de generar 655.8 millones de dólares (582 millones de euros) a 1.700 millones de dólares (1.509 millones de euros) en 2020. En conjunto, los expertos creen que los aparatos conectados representarán más de dos tercios del mercado mundial aparatos electrónicos en 2020. El impacto que se genera para la economía en general es significante – se estima que es lo que propulsará la creación de los nuevos puestos de trabajo en todo el mundo, así para el año 2022 se espera un crecimiento en un 15% de los puestos del Administrador de Bases de Datos y un 22% para los desarrolladores software. Sin contar otros tupos de especialistas que se precisarán, como formadores en el IoT, gestores de la implementación de la tecnología wearables, ingenieros específicos en el IoT, de hardware, programadores, etc.
En CIC no tenemos soluciones para todo, pero sí tenemos las soluciones que resuelven muchas cuestiones, entre ellas, la de movilidad empresarial y de monitorización y análisis de datos. Encajan perfectamente en la tecnología wearables y permite integrar diversos sistemas existentes en el negocio. Los ejemplos más claros pueden ser monitorizar y analizar la información que se puede obtener en un entorno industrial, o la calidad del aire que respiramos en un entorno cerrado o abierto.
Lo que pretendemos es sintetizar la información y transformarla en experiencias – servir al cliente lo que verdaderamente necesita y hacer que su negocio sea más eficiente.